Sandro Mandrino tiene un gusto exquisito y sabe cómo sacudir las cosas. Mezcló diversión y sofisticación, inyectando una energía extravagante de mezcla y combinación al tiempo que llevaba los fundamentos técnicos de Moncler a terrenos inesperados. Mandrino trabajó con patrones, estampados y tejidos que se consideran una elección contraintuitiva para la ropa de montaña, y les dio un giro técnico, manteniendo la sensación de alegre elegancia. El resultado es una alegre colección para hombre y mujer que invita al usuario a seguir jugando con estampados, colores y texturas, creando mezclas individuales. La sensación general es optimista y luminosa, con un toque sesentero.